Sin respuestas

¿Qué hago?
¿Me voy, me quedo?
¿Realmente odio tanto este lugar?
¿Irme representa una solución?
¿Acaso sólo estoy buscando una forma de escapar y lo de irme a estudiar es una simple excusa?
¿Cómo puedo saberlo?
¿Y si al final no me gusta?
¿Qué hago con toda la plata gastada por un capricho?
¿Con qué cara les digo a mis viejos?
¿Pero si de verdad me gusta, tanto como para no querer volver más?
¿Qué va a pasar con mi novio, con mis amigos?
¿Cada cuanto los voy a ver?
¿Puedo llevar una relación a distancia, con todo lo que eso implica?
¿Voy a ser tan dejada con las personas como soy siempre?
¿Voy a poder vivir sola, lejos de mi familia?
¿Y si me quedo, qué hago?
¿Es una mala decisión?
¿Por qué falta tan poco tiempo?
¿Por qué de repente estoy tan confundida?
¿Por qué lo único sobre lo cual tenía una seguridad, ahora lo veo tan borroso?
¿Por qué de repente estoy llorando?
¿Por qué nadie parece importarle?

Son sólo algunas de las preguntas que se hace cuando se sienta a tomar el café con su conciencia.

0 comentarios:

Publicar un comentario