Moving Forward (Pt. I)


Por varios días, lo único que rondaba en su cabeza era aquella frase que había escuchado decir a alguien: “Los pasos más difíciles de dar, son el primero y el último”. Quizás, el motivo de que no pudiera sacarsela de encima, era que ella se encontraba justamente en esa situación, entre el primer y último paso. ¡Qué ambiciosa podía ser a veces!, queriendo hacer dos cosas al mismo tiempo.

Primer paso: Empezar a escribir.

¿Empezar a escribir? Muchas veces se había preguntado por qué no existía una fórmula que le permitiera elegir la mejor idea para desarrollar, o la mejor forma de comenzar un texto. Le era imposible determinar que cosas era importante decir y que otras eran pensamientos irrelevantes. Y sin embargo, no renunciaba a la escritura porque pese a los dolores de cabeza, era casi la única forma que tenía de ordenarse y encontrar un poco de paz.

Ordenó su escritorio, buscó su cuaderno, la lapicera favorita, preparó una taza café, puso música, se sentó, contempló la hoja en blanco, bebió el café, se paró, volvió a sentarse, miró a través de la ventara, luego nuevamente la hoja. Nada.

Frustrada, se dejó caer sobre el respaldo de la silla y durante varios minutos se quedó ahí inmóvil con los ojos cerrados, escuchando la música y con la mente en blanco.

“When life moves, free your heart and strengthen thy soul”

Y de repente, lo comprendió.

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